La participación laboral de las mujeres en México es un apenas un 30% es decir, tres de cada 10 mujeres están trabajando. Las causas son muchas, pero las principales son, en primer lugar, las mujeres alcanzan menor educación que los hombres en niveles superiores debido a que algunas familias asumen que las mujeres se dedicaran completamente a sus hogares. Y en segundo lugar, la imposibilidad para responder a las demandas de un empleo de tiempo completo, dado que las mujeres emplean una proporción mucho mayor de su tiempo en labores asociadas al hogar.
En México predominan los hogares en los que el hombre manda; de cada 100 hogares, 77 son dirigidos por un hombre y 23 por una mujer, aunque de 1990 a 2005 la cantidad de hogares con autoridad femenina se duplicó, pasando de 2.8 a 5.7 millones, siendo 23.1% del total de los hogares en 2005. Con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo de 2009, podemos saber que de las 78.7 millones de personas desde los 14 años, nueve de cada 10 trabajan; equivalente a 75.4 millones de personas, de las cuales 40.5 millones son mujeres y 34.9 millones son hombres.
La división actual del trabajo entendida como los roles femeninos y masculinos es un mito cultural, un pretexto para mantener a la mujer en casa al cuidado de la familia, afirmó la directora del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) de la UNAM, Marisa Belausteguigoitia Rius. Históricamente la mujer ha comprobado que tiene la capacidad de ocupar cargos laborales igual que los hombres, y en ocasiones, ejerciéndolos mejor que ellos, señaló.
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