lunes, 27 de febrero de 2012

Octavio Paz

Vieja o joven, rubia o morena, alta o baja, mexicana o francesa, las mujeres, seres inagotables, todas bonitas y talentosas, cada quien a su manera, todas con los mismos derechos pero distintas oportunidades
La mujer pareciera ser una tortuga que se esconde en su caparazón al sentirse asechada por algo desconocido, prisionera de su propia inseguridad, sin darse cuenta del papel tan importante que representa en la sociedad
Hace años cuando rebelarse era como un delito para la mujer, cuando la que se atreviera a ‘’ser algo mas’’ era como ser ‘’el frijol en el arroz’’, ‘’el pelo en la sopa’’, siendo su mundo únicamente la cocina y su familia. Quien no ha escuchado esa frase que dice: las mujeres deben estar como las escopetas, cargadas y en un rincón. Machos, gracias por ponernos en un lugar tan exclusivo y especial, lastima que no les durara toda la vida pues gracias a esos frijoles en el arroz, esas mujeres que eran vistas como bichos raros, es que hemos sobresalido tanto.
Tristemente la balanza de igualdad de genero se inclina mas hacia el lado del hombre, los machistas siguen haciendo de las mujeres unas ‘tortugas’, con el pretexto de que son costumbres antiguas y tradicionales.

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